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6 de junio de 2025

Cómo le fue a La Rioja en las Pruebas Aprender 2024

Según los datos obtenidos en la prueba Aprender Alfabetización 2024, en Argentina la mitad de los niños de tercer grado logra comprender textos complejos y/o se está iniciando en la lectura inferencial y reflexiva. En La Rioja, ese porcentaje asciende a 51,9%, aunque también un 12,1% se está iniciando en la lectura de textos simples.

Las Pruebas Aprender son evaluaciones implementadas desde 2016 con el objetivo de medir los aprendizajes de estudiantes argentinos en distintos niveles educativos. Se aplican anualmente, alternando entre estudiantes de sexto grado de primaria y del último año de secundaria. Se centran principalmente en lengua y matemáticas, aunque en algunas ediciones se han evaluado otras áreas, siendo una de las 11 provincias que supera la media nacional en bajo desempeño.

Los resultados obtenidos permiten esbozar diagnósticos nacionales y jurisdiccionales, y una línea de base para el seguimiento y evaluación de avances en el marco del Plan Nacional de Alfabetización.

Recientemente fueron publicados los resultados de la última evaluación, realizada en noviembre de 2024. Participaron 4.178 escuelas y se evaluaron a 91.042 estudiantes de tercer grado, que no se evaluaba desde 2016, lo que aportó un panorama nacional sobre la adquisición de determinadas capacidades lectoras de estudiantes que finalizan el primer ciclo de escuela.

Al respecto, María Sol Alzú, coautora del informe de monitoreo de la Campaña Nacional por la Alfabetización y analista de datos de Argentinos por la Educación, explicó: “Es fundamental para poder detectar si ya desde tercer grado hay alguna dificultad para los chicos, porque permite tomar medidas de manera temprana y poder revertir la situación”. Y agregó: “Además los evaluaron exclusivamente en el área de lectura, permitiendo desglosar con mayor precisión las distintas habilidades que se encasillan dentro de lo que es la lectura”.

Al respecto, Alzú señaló: “Lo cierto es que con estos nuevos niveles es menos clara la línea de qué se esperaría que efectivamente sepan los chicos de tercer grado. Antes, a partir del nivel satisfactorio y avanzado, se consideraba que era esperado que debería tener el alumno en el nivel que se estaba evaluando. Ahora esa línea es más difusa”.

Por su parte, la directora de Evaluación de la Calidad Educativa de La Rioja, Silvia Romero, observó: “Este fue un Aprender muestral. Cuando es muestral, el reporte que tenemos de resultados es nacional y provincial, no por escuela. Esta es una línea de base que nos permite mirar una aproximación a los desempeños de los chicos con una mirada provincial, desagregada por ámbito y por sector”.

Según lo señalado en los informes en 2016, en el área de lengua, el 62,4% de los estudiantes alcanzó niveles de desempeño satisfactorio y avanzado, mientras que el 37,6% restante se ubicó en los niveles de desempeño básico o por debajo del nivel básico.

Al respecto, Romero explicó: “Lo que pasa es que esa prueba - de 2016- fue una prueba más limitada en cuanto a la cantidad de ítems, en cuanto al contenido que se evaluó. En cambio, la prueba que se aplicó en 2024 tiene mayor cantidad de modelos de evaluación, con ítems diferentes para las mismas capacidades evaluadas, entonces esto también asegura mayor confiabilidad en el instrumento, y es posible definir los contenidos que alcanzan incorporar o no los estudiantes. Acá hay más variedad en cuanto, por ejemplo, a la tipología textual. Esto ha permitido relevar el desempeño de estudiantes que se encuentran en niveles muy incipientes o pre-lectores, que en el caso de 2016, no llegaban al nivel satisfactorio”.

Del análisis de los datos obtenidos en la prueba 2024 se observó que el 24,5% de los estudiantes logró comprender textos complejos, identificando mayormente información explícita; y se están iniciando en la lectura inferencial y reflexiva, y el 26,4% de estudiantes logró comprender textos complejos de forma literal, inferencial y reflexiva. En tanto, un 18,7% de estudiantes logra, además, establecer inferencias complejas. Estos resultados muestran que, al finalizar el primer ciclo de la primaria, solo el 45% de los estudiantes alcanza la habilidad lectora que se esperaría al cerrar el primer ciclo de la primaria.

Aprender Alfabetización 2024 incorporó, además, preguntas que permitieron obtener comparativas respecto de los desempeños de estudiantes según tipo de gestión de las instituciones educativas, según nivel socioeconómico, ámbito -urbano o rural- y jurisdicción, y muestran importantes brechas de inequidad. Los estudiantes riojanos, por ejemplo, están entre las 11 jurisdicciones que superan el promedio nacional de bajo desempeño. Las otras provincias son: Chaco, Santa Fe, Misiones, Neuquén, San Juan, Entre Ríos, Tucumán, Buenos Aires, Catamarca y Corrientes. En 7 de estas 11 jurisdicciones, los salarios docentes son los más bajos del país, según lo que refleja Indicativo del salario docente, a diciembre de 2024.

“Estas diferencias territoriales muestran que, aunque el problema es nacional, su intensidad varía y requiere respuestas adaptadas al contexto de cada provincia”, expusieron desde la organización Argentinos por la Educación en su cuarto informe de monitoreo.

Datos por tipo de gestión institucional

En 2016, el 57% de estudiantes de tercer grado de escuelas de gestión pública alcanzó niveles satisfactorio y avanzado de desempeño en lengua, mientras que en instituciones de gestión privada fue del 77%.  

Los resultados 2024 muestran que esas diferencias se sostienen: en las escuelas de gestión privada, solo el 4,1% de los estudiantes presentó un nivel de lectura incipiente o en el nivel I, y en la gestión estatal, esta proporción trepa al 12,8%, triplicando al privado. En los niveles IV y V, la diferencia entre sectores de gestión es mayor: 66% en la gestión privada y 41% en la gestión estatal.

Al respecto, María Sol Alzú, de Argentinos por la Educación, subrayó: “Esto implica una diferencia no necesariamente de las escuelas o de la capacidad de esas escuelas para que los chicos logren ciertos aprendizajes, sino también del contexto socioeconómico de los alumnos, algo que no se puede ignorar, por lo que Aprender incorpora cuestionarios del contexto, complementarios, que permiten ver situaciones como la tenencia de ciertos recursos educativos en el hogar, de libros, de celulares, de computadoras, nivel educativo de los padres, que permiten tener una noción del contexto del alumno”. Y resaltó: “Cuando nosotros calculamos el Índice de Resultados Escolares, vemos que efectivamente hay una correlación con el contexto socioeconómico de las provincias”

Por su parte, Romero aseguró: “Los desempeños en lengua están fuertemente asociados al nivel socioeconómico, capital cultural de la familia, nivel educativo de la madre y, generalmente, la asistencia a la sala de 5. Es decir, esos son los factores asociados identificados en investigaciones que se han realizado al respecto. O sea que, en las escuelas privadas, el punto de partida de los estudiantes en términos de habilidades precursoras de la alfabetización es muy superior, porque provienen de hogares alfabetizados. Entonces, constituye, evidentemente, un plus y eso también amplía la brecha”.

La organización sin fines de lucro Educar 2050, de la Red Federal de Docentes Argentinos, expresó: “Actualmente, las problemáticas más sobresalientes en relación a la alfabetización en Argentina son la diversidad de métodos en la enseñanza de la lectura y la escritura, la oposición de enfoques, la ausencia de lineamientos claros y la escasa o nula capacitación que los docentes han obtenido en las distintas jurisdicciones”.

Respecto a los entornos que favorezcan el desarrollo de la lectura en las escuelas de gestión estatal, el 76,2% de las aulas tienen biblioteca por sobre el 65,7% de las escuelas de gestión privada. Los docentes de gestión estatal declaran mayor uso de los libros en el aula (74,3%) que los docentes de gestión privada (55,9%), incluso los estudiantes de escuelas estatales se llevan libros a sus hogares en mayor frecuencia que los de escuelas privadas. Sin embargo, la lectura por parte de los padres no es una práctica generalizada (solo el 36,8%) y se observa con más frecuencia entre los estudiantes de escuelas de gestión estatal.

Otras actividades

El 50% de los estudiantes afirmó leer en el tiempo libre, mientras que ver videos cortos en redes sociales alcanza al 79,1%, y más de la mitad tiene un celular propio. Entre quienes no lo tienen, la mayoría utiliza el de sus padres. De esta forma, el 83% de los estudiantes accede al celular en tercer grado.

Diferencias por nivel socioeconómico

El nivel socioeconómico de los estudiantes evaluados se mide a partir de cinco quintiles generadas por el propio equipo de Aprender. Como la evaluación es realizada por niños y niñas que no poseen conocimientos claros sobre los ingresos de las familias, esos parámetros se construyen a partir de respuestas sobre el nivel educativo de madre y padre; hacinamiento en el hogar; tenencia de bienes y servicios en el hogar, y se crea un índice que le otorga un puntaje a cada estudiante, eso se suma y se divide en cinco, creando los cinco quintiles sobre los cuales se analiza los desempeños. En el quintil más bajo del nivel socioeconómico está la quinta parte de los estudiantes, y en el alto, la quinta parte más alta.

En este marco, lo que se observó es que entre los estudiantes de los quintiles bajo y medio bajo, solo 1 de cada 3 accede a los niveles IV y V de desempeño en lenguaen el quintil medio alto, el valor de los estudiantes en los niveles IV y V supera al 50%. En el quintil alto, alcanza a 2 de cada 3 estudiantes.

Entre los estudiantes de los quintiles bajo y medio bajo, solo uno de cada tres accede a los niveles IV y V de desempeño, y en cambio, en el quintil medio alto, el valor de los estudiantes en los niveles IV y V supera al 50%.

Acciones en la provincia

“Como provincia nos vemos obligados, de alguna forma, a instrumentar mecanismos de evaluación formativa que complementen la evaluación del aprendizaje”, aseguró la directora de Evaluación de la Calidad Educativa. “Lo que nosotros estamos intentando es instalar un uso formativo de la evaluación que implique que se puedan interpretar los datos y tomar decisiones para la mejora de la enseñanza”.

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