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5 de mayo de 2025

Martín Menem: “Los países más verdes del mundo son los que han explotado la minería, tales como Australia, Canadá“

Durante una visita a Chilecito, el presidente de la Cámara de Diputados ponderó a Australia y Canadá como ejemplos de desarrollo de la industria minera sin contaminación. ¿Son esos efectivamente "los países más verdes"? ¿Hay contaminación por minería en esas naciones? ¿Tienen problemas con los pasivos ambientales? ¿Y con la licencia social?

Tras una visita a la ciudad de Chilecito, el diputado Martín Menem dijo a la radio La Diez Trece que está a favor del desarrollo de la minería en La Rioja.

“Hay nuevos sistemas en el mundo que están funcionando que no contaminan. Los países más verdes del mundo son los que han explotado la minería, tales como Australia, Canadá; es decir, seamos coherentes con ese discurso de no permitir que mucha gente pueda trabajar”, alegó.

“Hay muchos metales que se pueden explorar sin provocar ningún perjuicio y daño al medioambiente. La gente acá no le tiene miedo a la minería, le tiene miedo a los políticos”, sumó.

Países verdes

Este chequeo se va a encarar teniendo en cuenta dos variables. Por un lado, si Australia y Canadá están entre “los países más verdes del mundo” y, por otro, si la industria minera en esos países generó daños ambientales.

Lo primero que hay que aclarar es que los países considerados "verdes" no lo son por desarrollar la minería, sino por cómo gestionan sus recursos, incluyendo una regulación ambiental estricta, tecnología limpia, rehabilitación de los ecosistemas, transparencia y fiscalización. Hay algunos índices bastante rigurosos, aunque todo ranking tiene sus falencias, pues son armados en base a determinados indicadores. 

Uno de los más conocidos es el Índice de Desempeño Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés) que elabora la Universidad de Yale y que se basa en 40 indicadores relacionados con cambio climático, salud ambiental y vitalidad de los ecosistemas.

En 2024, los primeros 10 lugares los ocuparon Estonia, Luxemburgo, Alemania, Finlandia, Reino Unido, Suecia, Noruega, Austria, Suiza y Dinamarca. Ninguno de esos países es un referente mundial en materia minera, aunque algunos tienen algunos sectores mineros desarrollados, como Suecia con el hierro o Finlandia.

En cuanto a los países mencionados por Martín Menem, Australia terminó en el puesto 23 y Canadá, en el 28.

Otro sondeo usualmente considerado es el Índice de Futuro Verde (GFI, por sus siglas en inglés) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El último se elaboró en 2021 y en los primeros lugares quedaron Islandia, Dinamarca, Noruega, Francia, Irlanda, Finlandia, Costa Rica, Nueva Zelanda, Bélgica y Países Bajos.

En cuanto a los países mencionados por Martín Menem, Australia terminó en el puesto 35 y Canadá, en el 14.

En el otro extremo, en otros indicadores, como el de la plataforma Greenmarch, la mayoría de los países peor puntuados sí tienen minería a gran escala. Son Qatar, Irán, Turquía, China, Arabia Saudita, Vietnam, Indonesia, Malasia, Argelia y Kuwait.

¿Hay contaminación por minería en Canadá y Australia?

Ni Australia ni Canadá están exentos de conflictos ambientales. Por ejemplo, un reciente informe de la Responsible Mining Foundation, que es una organización que está a favor de la industria minera, advirtió que “los incidentes ocurren en todo el mundo” y que “de ninguna manera están limitados a aquellas jurisdicciones con una supervisión gubernamental limitada”. Y mencionó puntualmente los casos de Australia, Canadá y Estados Unidos.

En ese sentido, recordó que en 2021, el Tribunal Provincial de la Columbia Británica de Canadá multó a Teck Coal (una filial de Teck) por un valor aproximado de 47 millones de dólares estadounidenses por la contaminación por selenio y calcita de las vías fluviales del valle de Elk. Sin embargo, los grupos ambientalistas han aducido que la multa es una disuasión insuficiente si se tiene en cuenta la cuantía de la multa comparada con los ingresos de la empresa, y han dado la voz de alarma de que la sanción se relaciona solo con la contaminación en 2012, ya que la Fiscalía de la Corona acordó no presentar cargos por los vertidos de los mismos contaminantes entre 2013 y 2019.

En el caso de Australia, en la actualidad contribuye a un 5 % del total mundial de la contaminación climática, si se suman las emisiones a nivel doméstico de gases que provocan el efecto invernadero (1,4 %) y las exportaciones de gas, combustibles y carbón (3,6 %).

Según la Agencia Internacional de la Energía, el carbón es la mayor fuente de contaminación por gases de efecto invernadero. Un estudio reciente reveló que las tres minas de carbón con mayores emisiones de Australia (ubicadas en Victoria, Nueva Gales del Sur y Queensland) podrían estar filtrando el equivalente combinado de CO2 a unos 30.000 automóviles al año. Hoy, el mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo es China, que al mismo tiempo es el principal productor minero del mundo.

También en Australia ha sido muy documentado el efecto de las partículas en el aire que deja la minería de carbón y los conflictos sociales que esto ha despertado.

Pasivos ambientales

Tanto Australia como Canadá tienen un grave problema con los pasivos ambientales. En el caso de Australia, tiene 80 mil minas abandonadas, según un estudio del Resources Trinity Group de 2020, que pueden suponer riesgos extremos para el medio ambiente y la salud. Las minas de carbón que no fueron remediadas, por ejemplo, siguen emitiendo gases de efecto invernadero.

Un artículo publicado hace unos años en The Guardian puso el acento en una tendencia estratégica de las mineras para evitar pagar los costos de los cierres responsables de las minas: ceder proyectos a empresas pequeñas de la industria, muchas de las cuales terminan quebradas, lo que implica que el sector privado no se hace cargo de la remediación.

Se supone que el Estado australiano había colocado suficientes bonos verdes para costear esos pasivos ambientales, pero la realidad mostró que no. Así lo explicó, por ejemplo, el investigador de la Universidad de Queensland Peter Erskine, respaldado en información oficial.

En Canadá ocurre algo similar: varias organizaciones han detectado que la industria minera viene abusando de un recurso legal para no cerrar las minas y evitar costear la remediación, que consiste en declarar a las minas bajo “cuidado y mantenimiento”, que es una figura legal se usa para cierres temporales, pero que las empresas han usado para disufrazar cierres definitivos.

“Según un informe de MiningWatch Canada publicado en 2016, Columbia Británica, Ontario y Quebec se enfrentaron a un total de 13.000 millones de dólares en responsabilidad civil no garantizada derivada de minas abandonadas. Esta cifra incluye los costos ambientales generados por las minas abandonadas y los costos estimados de limpieza de las minas que aún no están abandonadas. No incluye los costos sociales y ecológicos reales de los daños causados por las minas abandonadas: por ejemplo, no existen estimaciones disponibles sobre los costos asociados con una fuga de residuos ácidos de minas al medio ambiente durante décadas”, indicó en un artículo reciente The Breach.

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